lunes, 30 de noviembre de 2009

Mónica Silva - segunda parte

Foto: Guillermo Figueroa
Por Christian Villegas

De las disciplinas que has explorado, ¿con cual te sientes más cómoda expresando?

Lo que pasa es que... mi política es no dividirlas. Es que yo me peleo mucho con como se usan los términos. Para empezar yo soy la primera que le critica a Guillermo el que use lo que hace como performance. Para mi lo que hace Guillermo no es performance. Es danza contemporánea.

¿Qué es la performance para ti?

Para mi, pegándome a la letra: la performance surge de las artes plásticas, tiene ciertas reglas, no es en el teatro la performance, demanda que la pieza que presenta se culmina con la intervención activa del público... La performance usualmente tiene que ver con una acción política, no de política de acción, puede ser política del individuo, es un discurso, es un statement respecto al individuo, a la sociedad. No es el entretenimiento, no es esta cosa que se pone en un teatro y que puedo definirla como danza o teatro, la performance no se puede definir. Cuando empiezas a encasillarla ya dejó de ser performance.

Entonces el hecho que Guillermo haga trabajos en donde trabaja con improvisación de palabra, eso es: palabra y movimiento. Es danza contemporánea en donde usa el lenguaje del movimiento y la improvisación, sumado a la palabra, nada más.

¿Dirías entonces que es Danza-Teatro?

No es danza-teatro porque no estoy haciendo creación de personajes. Yo creo que para hablar de teatro tú tienes que hablar de la creación de personajes y allí no se están creando personajes.

Entonces lo que hace Guillermo puede tener ciertos rasgos de la performance como puede ser el que sea improvisado, el que hables en primera persona, el que sea la persona la que se presenta ante el público, pero está dentro de otro contexto, está dentro de un contexto escénico. Y yo creo que es distinto al contexto de la performance, o sea tiene otro objetivo la performance, no la escena en sí.

La performance surge cuando las galerías se empiezan a convertir en centros muertos, entonces como dan vida a la plástica que está muerta. Ese es un camino. Otro camino de la performance es el butoh. El butoh se inicia con performance que son protestas estudiantiles dentro de la segunda guerra mundial en donde hacen intervenciones con EL CUERPO hacia los estudiantes. Entonces hay una carga de activismo dentro de la performance. ¿No? Es mi opinión y hay mucho más que leer, yo siento que soy una ignorante en el tema porque he leído poquitísimo pero hay mucho, mucho que leer. Entonces por eso me gusta decir: es un arte contemporáneo.

Yo creo que el arte contemporáneo lo que hace es hacer una fusión de distintos artes. No lo defines por disciplina. Lo que define un arte contemporáneo es el concepto que estás trabajando, entonces yo uso todos mis recursos. De ahí el riesgo de ser efectista. Por eso las piezas no funcionan, porque son efectistas. Como todo vale y ya no hay el rigor de una forma determinada, una estética determinada que te lo puede plantear lo clásico o lo moderno en donde tengo a Martha Graham y a Isadora Duncan, que se quitan las zapatillas de ballet y que empiezan a plantear distintas formas de movimiento y es: yo hablo de su movimiento y yo reformulo el movimiento: esta es la forma que estoy planteando.

En la danza contemporánea no estas reformulando el movimiento moderno. Lo que está haciendo la danza contemporánea es olvidarse de las formas y hablar de conceptos. Entonces el movimiento es una herramienta para hablar de este concepto y al ser una herramienta más puedo coger otras herramientas como la palabra.

¿Para ti la palabra es un recurso exclusivo del teatro?

No. Para mi lo que define al teatro es la acción, cuando tú tienes una acción. Eso es lo que más define al teatro. Mas que el guión, es cuando creas un personaje que tiene una acción determinada en la escena con un objetivo: vas a un lugar. Y a eso se le añade la palabra, el movimiento, el desplazamiento, el espacio, el tiempo. Pero lo que define es esta persona que está accionando algo.

Sin importar la historia que cuenta...

Sin importar la historia que tiene, por eso tienes un teatro más contemporáneo que es mas simbólico. El lenguaje contemporáneo es mucho más simbólico. Lo que pasa acá es que hay teatro y el teatro es sumamente tradicional, entonces todos te cuentan el cuento. En el cine ya la cosa ya se despegó. Bueno, en el cine tienes otros recursos que no te los da el arte escénico que es en vivo. En el cine puedes manipular otras cosas, digamos que si realmente te interesa trabajar de manera conceptual puedes manipular mucho más la cantidad de significados que generas. Puedes ser mucho más múltiple. Entonces, en un teatro tradicional yo presento a un personaje y estoy siguiendo la historia de este personaje, en cambio en un teatro mas conceptual yo en ves de contar la historia de Pedro de los palotes puedo agarrar y contar la historia de la soledad y como yo simbolizo la soledad y el personaje termina siendo secundario al tema en sí que es la soledad. Pero para que yo pueda abstraer y quitarle el protagonismo al personaje que la representa, tengo que tener un trabajo conceptual, más simbólico, en donde me pongan símbolos que me despeguen de eso. Que es lo que tiene de beneficioso el movimiento y es que de por sí no tienes texto. El texto automáticamente te ubica, te aterriza en una imagen muy concreta de la realidad, en cambio el movimiento no te va a dar eso.
Foto: Javier Gamboa
Cuando tú creas algo, ¿partes entonces de un concepto o te inspiras en algo en especial?

Siempre parto de la emoción. No me gusta el movimiento por el movimiento, me aburro. Si no le pongo emoción al movimiento yo me aburro. Puedo estudiarlo, investigarlo, mezclarlo, pero si me matas eso... me aburro. Soy demasiado emotiva.

Creo que un tema recurrente en mi inspiración es el tema de la búsqueda del otro. O sea, no hablo necesariamente del amor, pero yo siento que muchas de mis piezas han surgido con el desencuentro. Entonces parto de la imaginación. Tengo una imagen, una sensación, y pum... ¡vuelo! Y empiezo a moverme. Pero, no se, creo que ahora estoy haciendo la práctica de ser más dirigida que dirigirme. Es un aprendizaje. Yo creo que eventualmente voy a terminar dirigiendo. Creo que es mi naturaleza también. Estoy aprendiendo mucho de otros directores, entonces creo que ahorita es mi momento para bailar.

¿Ahorita estás trabajando en algún proyecto?

Ahorita he empezado a ensayar una cosa de circo con elásticos, con un pata que quiere hacer un dúo ahí pero eso es como que no sé cuando será. Por ahí como que se cocina eso. Llegando noviembre me voy a meter a clases de percusión, entonces como que quiero explorar, aprender, siento que hay mucha gente de la que aprender acá, como que todo apunta siempre a la misma lógica de que yo estoy en aprendizaje. Tengo un amigo con el que voy a hacer un corto de cine y yo le digo: "Si quieres ponme de extra, mudita". Y me dice: "Vas a hacer secundario, así que vas a hablar". Y me da mucha curiosidad. No creo que sea buena actriz, no tengo idea, pero... Ahorita un director joven de teatro me está llamando, no digo su nombre porque no sé si se va a concretar el proyecto, pero mi motivación está por la diversificación: quiero diversidad. Sería el ser más feliz de la tierra si es que Coco Guerra algún día me dirigiera. He visto "Don Juan..." y me parece brillante la obra. Qué maravilla ser dirigida por él. Sergio Llusera también quiero que me dirija.

¿Qué cosa dentro de ti ha llamado a que te acerques al teatro de nuevo?

Creo que tiene que ver con un tema emotivo. Yo a veces siento que me asemejo más a actrices que trabajan con el movimiento que a bailarinas. Te estoy hablando ponte de Lita Baluarte, Jimena Lindo, que son actrices. Pero puede ser también mi necesidad de aprender, siempre me gusta aprender cosas nuevas, entonces, en verdad todo tiene su doble cara, no todo es tan así full ay que linda que eres, qué motivada, porque también es el rigor de la disciplina de una bailarina que se levanta temprano, come sano y va a entrenar todos los días. Esa es mi pata coja, porque soy demasiado antojadiza. Entonces no me da la gana, no me da la gana; me da la gana, te doy todo. Es mi batalla realmente.

¿Cómo te ves de aquí a diez años?

Ay Dios mío... (pausa larga) Espero haberme reproducido. No ser una persona que esté obsesionada con la danza sino tener balanceada todos los aspectos de mi vida. No quiero ser una mort populi. Mi ambición es tener mis espacios saludables, no de ser ni gran bailarina ni gran estas cosas.

Y lo demás viene por sí solo...

¡Exacto! Es que llega. Ya después de todos estos años no tengo apuro de nada. Llega, va a llegar, solo tú tienes que chambear, es como tu chamba, no es que eres... ay, un ser dotado especial que necesita tener una vida auténtica porque te dedicas a bailar... nooo. Es una chamba más. Eso ha sido un aprendizaje importantísimo. Yo cuando regresé de Nueva York venía con esta pulsión de hacer, porque hay que hacer, porque hay que lograr metas, porque hay que ir hacia allá, hasta que dije la verdad no me interesa, no me interesa llegar a ningún lugar, es más, estoy más preocupada por hoy día, yo creo que es el camino. Lo demás solito llega.

Una última pregunta, aparte de la danza, ¿a qué otra profesión te dedicarías?

Uy... ¿Que no tenga nada que ver con las artes? Porque te diría cine. Creo que... pucha, qué difícil ah. Yo solo sé que no podría hacer nada que sea de 9 a 6 y en un solo lugar todos los días. No sé, me encanta escribir, me encanta leer sobre filosofía. Me gusta mucho leer. En realidad no leo tanto, pero la reflexión sobre... abstraer. Eso, eso me encanta. La escribiría.

lunes, 9 de noviembre de 2009

ENCUENTRO UNIVERSITARIO DE DANZA CONTEMPORANEA


El taller de Danza Contemporánea de la Universidad de Lima presenta el XVI Encuentro Universitario de Danza Contemporánea, evento que favorece el intercambio de experiencias entre los alumnos y corógrafos de las diversas universidades que desarrollan este arte entre sus estudiantes. En esta oportunidad contaremos con los elencos de la Universidad del Pacífico, Villarreal, Ricardo Palma, UNIFE, San Marcos, Andanzas de la Universidad Católica y la Universidad de Lima. Cada grupo presentará una pieza coreográfica corta o un fragmento de sus obras para que la audiencia pueda apreciar el trabajo creativo que se realiza en las diferentes universidades.

El programa de este año incluye un fragmento de la obra Altas Mujeres Encorvadas bajo la dirección de Mirella Carbone - Andanzas. La Universidad de Lima presentará a su vez un fragmento de Instinto de Luna, su último montaje inspirado en los libros de la saga Crepúsculo. Además contamos con coreografías de Carmen Aída Febres - Gustavo López Infantas, Gina Natteri, Jesús Torres, Patricia Wong y la participación de Ricardo Rengifo en escena.


Martes 17 de noviembre a las 7:30p.m.

Auditorio Central de la U. De Lima

INGRESO LIBRE (puerta Manuel Olguín)



jueves, 5 de noviembre de 2009

Mónica Silva - primera parte

"Corpus Breve"/ Foto: Javier Gamboa

Por Christian Villegas

¿Para qué es la entrevista?

Bueno, es para brindarles un espacio a directores y coreógrafos para que expresen lo que sienten respecto a la danza y también para que hablen acerca de las cosas que han ido aprendiendo en el camino a las nuevas generaciones que van surgiendo.

A mi me encanta pensar sobre la danza, me encanta hablar sobre ella, me encanta... estira pero agacha, sube pero baja... todo el rato es estar en el punto medio y creo que es también una filosofía de vida, de cómo no es que estás llegando, no es que estás buscando la felicidad, sino que estás en felicidad. Y en infelicidad al mismo tiempo. No hay ningún estado ideal ni ningún estado desastroso y cuando crees que estás en un estado ideal entonces estás fregada porque mañana te caes. Es como el ejercicio de aprender a convivir con estar en un punto medio. Y me da risa cuando lo veo o cuando voy a dictar clases y digo: "tienes que caer pero tienes que pensar en que tu cabeza también está arriba", entonces, es la oposición, ¿no? Desde q tienes q inhalar para exhalar, de cómo para ir ahí tengo que ir hacer esto para ir ahí. Es un ciclo de dos caras.

El otro día una amiga que hace registro de video me decía: "Cuando tú haces tu obra no solamente piensas en la iluminación de la escena sino también en la iluminación del registro porque eso finalmente es lo que va a quedar". Porque la escena como es efímera... entonces no necesariamente vas a hacer las iluminaciones para el video pero... Es de las dos pues ¿no? Tiene su belleza también el desapego de hacer cosas que no... Es ingrato, pero al mismo tiempo cuando lo haces es tan mágico, tan que está ahí y no se va a repetir... Y al mismo tiempo como que tú en danza ensayas tanto tiempo y bailas tan poquito... Igual es otro ejercicio de desapego... Un ejercicio de encontrarle valor a cada pequeñita cosa que hay en el camino. Una práctica.

¿Cómo así entraste al mundo de la danza?
Hay una anécdota... yo no sé que tan trascendente es esa anécdota, pero en términos prácticos, es mi iniciadora en el movimiento. Cuando estaba en la universidad, en segundo ciclo en la Católica, mi profesora de psicología tenía un taller de arte para niños, entonces me llamó a practicar con ella y me pagó con clases de danza. Yo tenía 17 años y una de las particularidades es que ella era psicóloga, entonces todo el taller de verano que hicimos tenía una exploración de quien soy y comprenderás que a una adolescente ponerla a preguntarse quien eres y engancharla en proceso con la creación es una experiencia muy potente. Y más que una técnica de movimiento eran cosas de expresión que han marcado bastante que tipo de danza me gusta hacer: más expresiva. Porque me enseñó una forma de relacionarme con el movimiento, más allá de cuan riguroso científicamente era el método que estaba aplicando. Iba por el lado de: "La relación con el movimiento pasa con una relación con quién eres". Entonces a los 17 años encontré una vía de exploración, de búsqueda de expresión... nunca más lo pude dejar. No era como un entrenamiento físico. Yo nunca entré a la danza como un entrenamiento físico. Eso me ha permitido moverme dentro de la danza en distintas áreas, no solamente como bailarina. La danza nunca ha dejado de estar en mi vida pero no es que en todos esos años he estado "moviéndome" necesariamente. Incluso ahorita es un tiempo en el que estoy entrenando poco y no me molesta. Me gusta que venga la necesidad y no simplemente moverse por inercia... Ya me fui a otro lado. (risas)

Has trabajado con varios directores, tanto aquí como en E.E.U.U. ¿Qué cosas descubriste con cada uno de ellos?
Mira, son VARIAS ETAPAS y en realidad no solo cambia el director y el estilo y la metodología del director sino cambia en qué momento de la vida estás. Mi primera coreografía me la dirigió esta persona de la que te hablaba en mis inicios. Luego comencé a trabajar con Rossana Peñaloza en Pata de Cabra. Allí no hice montajes, hice más muestras y en realidad esa época fue un poco frustrante porque en este proceso en que tu vas reafirmándote y encontrándote como bailarina tienes distintos modelos a seguir, ¿no? Entonces fue una época muy fuerte de conflicto en relación a mi cuerpo. Era un drama no ser flaca, era época de hacer dietas, de sudar frío cada vez que tenía que ponerme un vestuario. Todo mi proceso de creación era bien estresante y con mucha inseguridad respecto a mi cuerpo.

Me fui de viaje y estuve 4 años en Nueva York donde tuve muchos directores. Qué característica tiene Nueva York, es que como va tan rápido, las producciones son muy pequeñas, entonces son rápidas. En una Escuela en la que estudiaba había unos seminarios, Performance Studies Workshop, que en dos semanas armas una coreografía. Entonces dentro de lo coreográfico aprendí mucho. Estaba en un speech de ser una esponja y los directores de Nueva York eran muy orientados hacia el cuerpo. Incluso cuando también dirigí en Nueva York había mucha frustración en la comunicación de la relación entre la emoción y el movimiento. No había ese nexo, que por un lado era útil para mi, porque despersonalizaba toda la carga emotiva que yo traía de las relación entre mi cuerpo y mi identidad y la frustración de mi cuerpo. Allí era un cuerpo más, no interesa si es gordo, flaco, chico o grande, simplemente el paso es en esta dirección y es en este giro y se acabó. Y Nueva York era un lugar en el que el anonimato podías leerlo como indiferencia pero al mismo tiempo como un estado de libertad, de poder ser cualquiera, y entrar y salir. Había mucha diversidad cultural y si aguantabas poder ser un cuerpo y no Mónica, está muy bien. Entonces en Nueva York siento que fui un cuerpo. Aprendí un montón siendo un cuerpo.

"Platos Rotos"/ foto: Javier Ponce
Cuando regresé de Nueva York fue un retorno bien duro, muy duro. Porqué regresé, no tengo idea, pero creo que una de las cosas más fuertes era la soledad que era muy dura. Trabajabas todo el día, TODO el día, de lunes a domingo y era muy fuerte. Cuando regresé a Perú, apenas llegué, volví a trabajar con Mirella Carbone. Con Mirella tengo toda una relación que era de ser su asistente, asistente no en el sentido que tengo una injerencia en la dirección del asunto, simplemente soy la chulilla que ayuda en lo que pueda y observo todos los ensayos y veo el proceso. Y con Mirella de alguna u otra manera siempre tuve por ahí alguna relación con expresiones. Y allí es cuando te digo esta cuestión de los momentos de vida y los directores. Cuando en el 2004 hice "Platos rotos" con Mirella, yo siento que todavía no estaba ni aquí ni allá, era como un momento de transición. Todavía digo: "Pobre Mirella, cómo ha sufrido conmigo" porque yo creo que estaba muy inmadura todavía como para haberle entregado más. Porque con Mirella no es necesariamente una creación colectiva, pero sí tienes que mostrar el material. Ella manda tareas y tú tienes que arrojar el material y luego ella lo va componiendo. Entonces en esa parte siento que yo no fui lo suficientemente rigurosa.

De ahí ha venido todo un período en que yo he estado dirigiendo cosas. Han sido como tres años donde más que dejarme dirigir por otros, decido hacer yo mis propias producciones. Hacía bastantes solos y trabajaba con Kike Gamboa quien fue alguien quien me acompañó mucho en ese tiempo. Todo dentro de este proceso de aterrizaje forzoso a Lima. Fue fuerte.

Y de allí en el verano del 2008 apareció Guillermo Castrillón e hicimos "Box" con las chicas y las chicas pues son mis partners y ahhh para mi fue "Papa Noel llegó a la casa" de poder bailar con ellas. Seguí con Guillermo Castrillón, que yo le llamo Guillermo Pastrulón, un loco de mierda, pero (risas) con Guillermo es una delicia porque... naaa, todo tiene su pro y su contra, ¿no? Porque Guillermo es muy denso, es una persona que le gusta trabajar en los dolores, en los sufrimientos, es su tema: le gusta hurgar en el sufrimiento humano. Entonces si tú no te contienes a ti misma y estableces bien tus barreras, puede ser muy desgastante. Yo siento que hasta ahora he llevado bien la fiesta y es como que Guillermo me pone estas fichas con las que puedo jugar y luego me dice "juega, haz lo que quieras", y me pone la música y eso sale. Entonces es un director que me permite dirigirme a mi misma y hacer mi propia improvisación. A mi me encanta improvisar, entonces me permite tener cierta autonomía en la creación, me da mucho espacio para una creación, pero al mismo tiempo el espacio grande también a veces hace que no hayan contenciones, ¿no? entonces como que... ya... pero a dónde va esto? ¿No? Igual es un ejercicio de cómo vas madurando y como te ubicas en el rol que estás ejerciendo en este momento. Entonces si él está dirigiendo, tú estás en el rol de ser dirigida, no tienes porque pasarte al rol de director, a cuestionar sus decisiones de dirección. Si has aceptado ser dirigida, acepta y adáptate a ese rol.

Y luego está Pachi que es el otro extremo porque Pachi es super rigurosa, es muy rigurosa, es la disciplina pura, entonces yo digo es "Pachi Limón" porque nos exprime y es muy bacán porque te reta en otro aspecto que es el aspecto técnico, ¿no? Y ya, ahorita estoy simplemente con ganas de ubicarme, de ser dirigida y aprender desde allí, aprender a que me digan que hacer y yo aportar en el espacio que me dejen. Es paja.

De las cosas que has hecho, ¿qué te gustaría volver a montar?
"Box". Me muero de ganas de hacer "Box". Haría también "Mujeres que habitan en mi". Esas dos. Igual tengo una que hice que se llama "Zapatillas rojas" que fue una de mis primeras coreografías, que fue muy chiquitita, fueron 6 minutos e increíblemente es una coreografía que mucha gente recuerda y la hice en el 2000. Esa coreografía tiene su lugarcito allí en mi corazón.